Tras el fallecimiento de una persona es imprescindible realizar una serie de gestiones que la mayoría de las personas desconoce. A través de este artículo te explicamos qué trámites se deben realizar.
Tendemos a evitar todos los temas relacionados con la partida de nuestros seres queridos o de nosotros mismos, porque creemos que aún se encuentra muy lejana o, sencillamente, porque no queremos afrontarla todavía como una realidad a la que algún día nos veremos abocados. Sin embargo, cuando esto pasa y fallece un ser querido, tendremos que plantarle cara no sólo desde un punto de vista psicológico, sino también práctico.
Nos estamos refiriendo a esos trámites que tienen lugar justo después, el mismo día y los sucesivos en los que, lejos de vivir el duelo tranquilamente, nos veremos obligados a realizar una gran cantidad de gestiones burocráticas. Si el fallecido tenía contratado un seguro de decesos, te ayudará bastante con todo el asunto. Y si contaba con uno de vida, tendrás que encargarte de todo el asunto.
Es decir, si el familiar fallecido contrató una póliza de decesos, o algún plan de previsión funeraria, bastará con avisar y ellos se encargarán de hablar con el servicio funerario y organizarlo todo. Si no, tendrás que contactar con la funeraria para que traslade el cadáver al tanatorio, prepare todo el velatorio y el entierro o incineración.
Cuando una persona fallece es necesario tramitar un certificado médico de defunción, el cual es emitido por personal médico con cédula profesional. Es importante que consideres lo siguiente:
Obtenerlo es fundamental para poder registrar el fallecimiento de una persona en el Registro Civil. En este documento aparece la identidad del doctor, la del difunto y la del familiar que ha facilitado los documentos del historial sanitario de la persona que ya no está. Lo emite el médico y es la funeraria la que se lo entrega a los familiares. Esta inscripción de defunción debe realizarse dentro de las 24 horas ya que en caso contrario esta oficina administrativa no le brindará la licencia para el entierro.
Llama al tanatorio u oficina funeraria más cercana y ellos se encargarán del proceso de recogida, traslado y servicio fúnebre y te informarán de todo.
El contratar un servicio de funeral es parecido a hacer otras compras de consumo. La ley federal exige que le ofrezcan una lista de precios generales por teléfono o en forma escrita. No tenga miedo de preguntar acerca de los precios y no se sienta obligado(a) a gastar más de lo que usted puede pagar. Aunque los precios puedan reflejar la calidad de materiales como madera o metal, el precio no es una medida del amor que usted tiene por el difunto.
Un traslado de cuerpos o cadáveres se produce cuando el deceso acontece en un lugar en nuestro país que es distinto de donde será enterrado. Es decir, cuando se ha de trasladar un cuerpo hacia otro lugar para su inhumación o entierro.
Regularmente, el cuerpo del difunto se traslada al tanatorio o funeraria elegida, allí debe permanecer en una cámara de frío. Para poder realizar un traslado se necesitará el certificado de defunción.
Estos son algunos de los trámites que deberás realizar tras la pérdida de un familiar:
Si en el certificado de últimas voluntades compruebas que no existe testamento y eres un familiar directo del fallecido, acude a la notaría y solicita la declaración de herederos. Si te une otro lazo distinto acude al Juzgado de Primera Instancia. Si existe acuerdo entre los beneficiarios se podrán repartir los bienes, si no, habrá que proceder a la división judicial solicitando la figura de un contador partidor.
Al aceptar la herencia hay que desembolsar las cantidades correspondientes por el impuesto de sucesiones (en función del territorio) y si nos han dejado algún inmueble también habrá que abonar lo correspondiente por la plusvalía municipal. El plazo máximo para hacer frente a estos gastos son seis meses.
Tendrás que acudir al Registro de la Propiedad para inscribir los bienes a nombre del nuevo dueño.
El fin de la vida es un tema difícil de tratar, pero también un evento importante e inevitable. El hablar sobre esto hoy, representa un acto de responsabilidad y amor para con nuestros seres queridos al resolver anticipadamente un problema futuro.
La pérdida de un ser querido es un acontecimiento doloroso que, además, implica la realización de trámites que suelen ser complejos por la documentación e información que se requiere para concluirlos satisfactoriamente.
Un tema de suma importancia es considerar que lo único seguro que tenemos en esta vida es que en algún momento vamos a partir, por esto es conveniente pensar y planificar nuestra partida, para no dejarle problemas a nuestros familiares.
Fuente: Funeza
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