Cuando la tristeza persiste por varias semanas sin alivio, es posible que tengas depresión. La depresión es tratable; busca ayuda si tienes sentimientos crónicos de desesperanza.
El ejercicio, incluso una caminata enérgica de 10 minutos, puede aliviar el estrés y liberar endorfinas, las hormonas de sentirse bien. La American Heart Association recomienda 30 minutos de ejercicio moderado cinco días a la semana. Pero incluso los incrementos de 10 ó 15 minutos cuentan.
Dormir mal puede aumentar el estrés y la irritabilidad.
La gratitud es un gran antídoto ante la negatividad y está constantemente vinculada a sentimientos de bienestar. Si tienes problemas para encontrar personas o cosas que apreciar, comienza un diario de gratitud y escribe periódicamente razones para estar agradecido.
Cuando nutres tu cuerpo, nutres tu cerebro. Las proteínas, los alimentos que contienen vitamina B-12 (como verduras de hoja oscura, brócoli y naranjas) y los carbohidratos complejos como avena, peras o frijoles, pueden ayudar a mantener el estado de ánimo elevado o estable. La comida chatarra y el azúcar pueden satisfacer en el momento y luego provocar un estruendo.
El encubrimiento temporal de un problema puede conducir a un aumento de la depresión, la adicción y otros resultados negativos o potencialmente mortales.
Miembro del clero, trabajador social o especialista en salud mental con licencia. Pueden ayudarte con estrategias y establecimiento de objetivos para ayudarte a volver a encarrilar tu vida.
No podemos cambiar nuestro estado de ánimo simplemente con el pensamiento de que no queremos estar tristes. Pero sí podemos influir en nuestro bienestar si empezamos a usar pautas centradas en modificar nuestros hábitos y añadiendo nuevas rutinas.
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