En la sociedad existen diversos mitos sobre el duelo. Uno de los más extendidos está relacionado con lo que debemos hacer con las pertenencias de una persona que ha fallecido.
No es cierto que desprenderse cuanto antes de ellas, sobre todo de su ropa, nos ayude a que el proceso de duelo sea menos doloroso. De hecho, precipitar esta decisión puede originar problemas en el futuro para el doliente.
La ropa es lo que más nos recuerda su presencia, pero también otras pertenencias como sus zapatillas de ir por casa, sus pijamas, así como sus cosas de aseo. Se trata de objetos personales con mucho sentido y significado en la vida de esa persona que ya no está, por ello, enfrentarnos a la decisión de cómo gestionar todo eso ahora que ya no lo va a utilizar, se convierte en una tarea muy complicada.
En general, existen dos respuestas posibles: por un lado, optar por retirar todo desde el primer momento para evitar ver ciertas cosas que pueden ser emocionalmente impactantes. Por otra parte, dejarlo todo absolutamente igual sin tocar nada, en una especie de homenaje al ser querido, manteniendo el orden en el que dejó todas sus cosas.
Ambas opciones en principio no serían recomendables para todos. Es muy importante entender que el duelo es un proceso personal en el que posiblemente cada uno va a necesitar hacerlo de una manera y con un ritmo diferente.
Existen muchos factores que van a influir en la decisión de qué hacer con sus cosas y el más destacable es si el fallecimiento ha sido traumático o, por el contrario, ya se esperaba el final.
Cuando se trata de una muerte inesperada, la familia todavía está en estado de shock, solucionando temas burocráticos sin ni siquiera estar iniciando el proceso de duelo ni asimilando lo ocurrido. Tomar decisiones de qué hacer con sus cosas en ese momento no es recomendable.
La sugerencia es dejar pasar un tiempo para que la realidad de lo ocurrido vaya emergiendo.
En muchas ocasiones poder tener a mano las cosas personales del ser querido puede ser de gran ayuda para conectar con el dolor de la ausencia por el significado tan importante que tiene el tacto y el olor de algo suyo.
Durante el proceso de duelo, realizamos una serie de tareas psicológicas y emocionales muy complejas, y tener a mano el simbolismo de los objetos personales del fallecido puede facilitar mucho dichas tareas. Algunas conexiones con estos objetos como pueden ser dormir en las sábanas donde había dormido esa persona por última vez, llevar su reloj, utilizar su perfume, etc, nos pueden ayudar a sobrellevar la pérdida.
Como ya se ha comentado, el duelo y las emociones que le acompañan son diferentes en cada persona, de igual modo, algunas sugerencias básicas que destaca en este vídeo la psicóloga experta en duelo, Nuria Javaloyes, son:
Sabiendo que el contacto de sus cosas nos va a hacer conectar con el dolor de su ausencia, podemos utilizar estos objetos como impulso para avanzar en el proceso de duelo. Guardar ciertos objetos en una caja especial que podamos ver de vez en cuando, llevar algo suyo, donar ropa o regalarla a alguien que le de uso, puede ayudarnos a darle un sentido a todo aquello que él o ella ya no va a utilizar, y a que el dolor de la pérdida se vaya drenando poco a poco.
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