Es posible que creas que tener miedo a la muerte es algo extendido, en cuanto a que tenemos conciencia de que llegará y eso nos genera incertidumbre. Nos hace, de algún modo, aferrarnos a la vida.
Sin embargo, cuando el miedo llega a ser irracional y nos sume en un estado de sufrimiento y ansiedad constante, se convierte en limitante y llega a ser una fobia. En concreto, se le llama tanatofobia, y es este temor angustioso el que nos ocupa a continuación.
Se trata precisamente de eso, de un temor angustioso y que no se puede controlar ante la idea de la muerte, tanto a morir como a todo lo relacionado con ella: hospitales, funerales, cementerios, etc.
Puede que tengas algo de aversión ante ese pensamiento o ante esos escenarios, pero nos centramos en ese estado en el que miedo a la muerte y ansiedad van de la mano, y llegan a determinar nuestro comportamiento.
Se puede manifestar no solo en ansiedad, sino en pensamientos obsesivos, conductas que pretenden evitar los estímulos relacionados con la muerte, angustia, ataques de pánico, problemas para dormir e incluso depresión.
Existen diferentes causas que pueden contribuir a que una persona desarrolle tanatofobia:
Si tú o alguien de tu entorno tiene alguno de estos perfiles y observas algún síntoma de entre los citados de manera recurrente, es posible que tengas tanatofobia. Sin embargo, debe ser un profesional de la salud mental quien diagnostique el grado y diseñe un programa específico para superarlo.
Saber cómo superar el miedo a la muerte es útil para vivir en paz y tener bienestar emocional y mental. Desde Psychology Today, la psicóloga Meg Salig ofrece unas claves para ayudarte a afrontar la fobia, y repasamos algunas de ellas.
No se trata de cuánto estemos, sino de cómo estemos. Mientras estemos vivos/as deberíamos alcanzar la mayor calidad de vida posible, y hay factores que dependen de nosotros/as mismos/as: la dieta saludable, el ejercicio físico, el buen descanso, las relaciones sanas…
Otro consejo para saber cómo no tener miedo a la muerte es mostrarse agradecido/a en vida. El estado de gratitud tiene muchos beneficios en cualquier caso, y no solo para las personas que tienen tanatofobia: está relacionado con la felicidad, con el sentido de propósito y con la reducción del estrés.
La gratitud también puede ser interior, es decir, no tiene que materializarse solo en dar gracias a los/as demás. Invita a poner el foco y saborear con más conciencia esos pequeños placeres que la vida nos da, desde la taza de café recién hecho de la mañana a leer un buen libro en la terraza.
Crear legado no pasa solo por hacer testamento, que es un trámite administrativo que puede no servir en este caso. Se trata de tomar conciencia de las acciones, las palabras y las deudas para con nosotros/as mismos/as y con los/as demás ante la muerte
Salig recuerda un concepto sueco que podríamos traducir como “limpieza ante la muerte”, y que invita a tomarla como un regalo para ponerte en paz. Implica pedir perdón, expresar gratitud y amor, así como desapegarte de los bienes terrenales.
Es necesario vivir con ilusiones. Con realismo y disfrutando el momento, sí, pero también con proyectos que den sentido a lo que hacemos y nos inviten a levantarnos cada mañana.
Pero no nos referimos solo a deseos de prosperar en el trabajo ni de alcanzar ciertas metas que, a determinadas edades o ante la ausencia de salud, quedan en un segundo plano. Hablamos de hacer algo que vaya más allá de uno/a mismo, como ayudar a personas que están sufriendo, compartir valores con las nuevas generaciones y, en definitiva, tratar de aportar en positivo.
La creatividad es muy amplia y no se refiere solo a lo artístico. Porque sí, puedes ser creativo/a al hacer un dibujo o escribir, pero también proponiéndote otros objetivos como hablar en público, jugar con los/as más pequeños en un sentido didáctico, etc.
Te pueden servir de inspiración esas obras que has ido acumulando a lo largo de la vida, desde tus álbumes de fotos a tu librería personal o tus pequeñas obras de arte.
Poder hablar de la muerte con personas de tu entorno te dará cierto margen para poder preguntarte sobre ella, pensar y, en definitiva, aceptarla y normalizarla como parte de la vida. Puedes recurrir a familiares y amigos/as pero, sino, también al/la terapeuta o buscar algún programa específico de preparación.
De hecho, esas relaciones de apoyo emocional serán muy útiles para sentir que hay personas que se preocupan por ti. Eso te preparará no solo para superar el miedo a la muerte, sino para afrontarla más fácilmente.
Todo tiene su momento, pero dicen que el humor negro es un síntoma de inteligencia. Así lo afirmó un estudio publicado en la revista Cognitive Processing realizado en la Universidad de Viena, que dio como resultado que las personas que disfrutaban del humor negro tendían a destacar en las pruebas de inteligencia verbal y no verbal.
Los chistes macabros no gustan a todo el mundo, pero pueden ayudar a normalizar algo que es inevitable y conseguir que comencemos a asumirlo sin miedo.
Meg Salig recuerda que, a medida que pasan los años, el temor a la muerte va mermando. Y es que cuanto más prolongada es la idea de exposición a la muerte, más nos adaptamos a ella. De hecho, es también frecuente el temor no a la muerte, sino a prólogos como la soledad, la decrepitud o el dolor.
Sin embargo, saber cómo perder el miedo a la muerte no es suficiente cuando la fobia está asentada y es profunda, de manera que ni con intención de hacerlo se puede superar. Así sucede con el miedo a la muerte en niños, por ejemplo, cuyo desarrollo aún no les ha dotado de herramientas que sí tienen los adultos.
El tratamiento del miedo a la muerte puede incluir una terapia cognitivo-conductual que reestructure los pensamientos asociados al concepto, englobe técnicas de relajación y contemple una exposición progresiva que permita controlar la ansiedad que se experimenta ante la idea y lo que tiene que ver con ella.
Por así decirlo, es como si nos ayudaran a reconfigurar el cerebro desde la ciencia. No para que la muerte no genere un sentimiento negativo, sino para aprender a encajarla y evitar vivir con un miedo limitante. Tanto en España como en otros países, hay buenos profesionales dispuestos a ayudarte.
En definitiva, saber cómo superar el miedo a la muerte pasa por convencerse de que es una realidad anexada a la vida y que es cuestión de tiempo que tengamos que asumir el proceso. Pero puede que lo que padezcas no sea la incertidumbre propia del concepto, sino una fobia. En ese caso, deberás trabajar de forma más específica, y posiblemente con un/a profesional.
Fuente: https://interfunerarias.es/blog/como-superar-el-miedo-a-la-muerte/
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